Después de "Der Jedenstaat"

 Más adelante en abril, "Der Jedenstaat", fue traducido al español. No puedo expresar la emoción y los nervios del día de la publicación, así como fueron los de la versión en alemán, pero me es un placer confesar que fue entonces supe que mis escritos eran mundialmente conocidos. Se podría decir que tras la publicación de esta "segunda edición", y de las demás traducciones, me convertí en el padre del sionismo y tras ver el apoyo que recibían mis ideales decidí dedicarme más intensamente en la cuestión, desplegando mi actividad diplomática en busca de un apoyo de la comunidad judía o una parte de ella.
 Recuerdo mi visita a Estambul poco después: intenté persuadir al Sultán de Turquía para que cediera parte de Siria Ortomana para allí crear el Estado que tanto deseaba, un estado judío, a cambio, por supuesto, de apoyo financiero. Pero también recuerdo la frialdad con la que los ingleses me recibieron en Londres.

"Der Jedenstaat"

 Ahora quiero contarte más detalladamente mi interes e ideales sobre el sionismo.
En febrero de 1896 publiqué mi libro "Der Judenstaat" (traducido al español: El Estado judío: ensayo de una solución moderna de la situación judía). Propuse en el una solución a lo que llamo el "problema judío": no teníamos un lugar para nosotros, habitabamos dispersos en toda Europa, así como en los otros continentes. 
 Di lo mejor de mi, demostré todo lo que había aprendido y dejé claro que más que un libro de opiniones esta era una propuesta, un plan para encontrar un espacio para todos los judíos.
 En su principio el texto no llamó la atención de muchos y no fue aceptado por algunas de las mayores autoridades judías, pero seguí transmitiendo mi mensaje y dispersando el deseo de un lugar para mi pueblo:
 "La cuestión judía persiste donde viven judíos en cantidad considerable. Dondequiera que no exista, es llevado junto con los inmigrantes judíos. [...] El infortunio del pueblo judío ahora se está transportando y sembrando la semilla del antisemitismo en Inglaterra, y ya lo han introducido en América." relata una parte de mi libro.

El Caso Dreyfus

 Siempre estuve interesado en convertirme en juez, pero mi condición de judío me lo impidió. De todas formas fue nombrado empleado no asalariado en un tribunal de Viena y Salzburgo. Fue mi primer empleo. Más adelante también me dediqué al periodismo y a la literatura, escribiendo comedias para teatros vinienses.
 En 1891 dejé el periodismo para dedicarme en pleno a la corresponsalía en París del periodico liberal de Viena, "Neue Freie Presse". Como corresponsal de París analizé el crecimiento del antisemitismo. El capitan judío del ejercito francés Alfred Dreyfus fue injustamente acusado de traición, se creía que había espiado a Alemania; y aunque hasta el momento estaba simplemente empezando a interesarme por el problema judío este caso llamó mucho mi atención. Asistir a las audiencias de este caso y dedicarme tan a pleno fue lo que definitivamente me convirtió e sionista. Fue horrible presenciar como los franceses gritaban constantemente "¡Muerte a Dreyfus!" sabiendo que en verdad era inoscente. Fue entonces cuando me di cuenta de que los judíos debían dejar Europa y vivir en su propio Estado.
 Como yo mismo escribí en mi diario "En París, como ya he dicho, he adquirido una actitud más libre hacia el antisemitismo ... Por encima de todo, reconozco el vacío y la inutilidad de tratar de 'combatir' el antisemitismo"

Mi niñez y adolescencia

 Yo estudié en una escuela judía hasta los diez años, luego fui enviado a estudiar a una escuela laica, pero debido al antisemitismo, tuve que abandonarla. Por lo tanto me enviaron a una escuela evangélica, en la que no tuve problemas ya que la mayoría de los chicos eran judíos.
 A los 18 años sufrí un gran golpe sentimental al enterarme de la prematura muerte de mi hermana, Paulina. Ni mis padres ni yo pudimos sobrellevar aquella pérdida. Aún la recuerdo y la extraño demasiado. Tras el hecho, mi familia y yo nos trasladamos a Viena, donde me doctoré en Derecho en el año 1884. Después de un año me dediqué, casi exclusivamente, a la literatura, dramaturgia y al periodismo. De estas tres materias la literatura era mi preferida y lo sigue siendo. He leído libros suficientes para llenar una biblioteca de secundaria. Me he capacitado en discursos diplomáticos y otras áreas.